Cofradías

Publicado el 27-10-2017 en Caracas, Venezuela


El mundo de las cofradías es complejo y de plena actualidad. A la hora de analizarlo, desde un punto de vista pastoral, distinguimos diversos niveles.

1. Identidad: ¿qué es y para qué sirve una cofradía?

Dentro de la Iglesia, una cofradía es una asociación de fieles o bautizados, unidos para hacer el bien y ayudarse en su vida cristiana.

Según el CDC (cc. 298-329) las asociaciones de fieles buscan: - el fomento de una vida más perfecta; - la promoción del culto público; - la promoción de la doctrina cristiana; - las obras de apostolado y de caridad; - la transformación de la sociedad.

Una asociación de fieles trata de llevar a cabo la misión de la Iglesia: comunión, evangelización, celebración y compromiso.

La tipología puede ser: - Pía unión: para obras de caridad o piedad. - Hermandad: una pía unión organizada como comunidad orgánica. - Cofradia: hermandad para el culto divino y para obras de caridad.

En una cofradía, se hace realidad que fe y obras van unidos ("a Dios rogando y con mazo dando"); Culto y compromiso unidos; y el claro protagonismo de los fieles laicos.

Titularía la misión de una cofradía hoy: "Evangelizar desde la memoria para la esperanza".

Las cofradías, tradicionalmente, se han centrado en estos campos: - misterios de misión y muerte del Señor; - devociones sacramentales; - piedad mariana; -culto a los difuntos.

2. ¿Qué se pide hoy de una cofradía?

Analizemos tres documentos:

a) El primero, de los Obispos del Sur en su escrito sobre "Hermandades y cofradías" (octubre 1988): Una cofradía es la religión, con sabor a pueblo. - Su fin: culto y apostolado, unidos. -Su identidad: cristiana y eciesial. - Sirven: para ayudar a vivir la fe (no puntualmente, sino permanentemente); son modelos de referencia para la comunidad y, por lo mismo evangelizadoras; conservan tradiciones abriéndolas al futuro. - Peligros que se pueden detectar: desentendimiento general ("sólo compromete el pago de la cuota anual); mucho culto y poco compromiso social o coherencia de vida; mucha veneración de las "imágenes estáticas" y poco compromiso con las imágenes vivientes (hombres); mucha importancia a la pasión-muerte del Señor y poco a la resurrección y al sacramento vivo de la Eucaristía.

b) Segundo documento, de Iglesia en Castilla (Marzo de 1997): Se pide a las cofradías, fomentarlas, no quitarlas, pero desde un discernimiento, sin confundir continente y contenido. - Formar a los cofrades. - Compromiso doble: cultual y apostolado. - Potenciar una espiritualidad de solidaridad: Cristo sufriente sigue vivo en los sufrientes de hoy. - No perder el sentido cristiano de una cofradia, dejándose manipular por otros intereses (económicos, floklóricos, turísticos, etc.). - Que tenga actividades y continuidad durante todo el año.

c) Tercer documento; está escrito por A. Amezcua (Cf. "Iglesia en Camino", 15-3-98, pág. 5), quien aboga por una cofradía renovada. Diez formas de construir y revitalizar una cofradía. Reproducimos casi literalmente lo expresado por este autor:

1. Saber que una cofradía tiene los mismos fines que la Iglesia: mostrar el amor de Dios a los hombres, en Jesucristo, y lograr la santidad de todos sus miembros.

2. Las formas de una cofradía deben ser sinceras, dignas y sencillas.

3. El amor al prójimo debe ser concreto y real, y no fingido o superficial. Y con gestos concretos, que partan de la misma Cofradía o que apoyen otras iniciativas.

4. La cofradía debe ayudarnos, en resumen, a renovar nuestro compromiso como "sacerdotes, profetas y reyes".

5. Establecer entre todos, los medios adecuados para la formación de los miembros de la Hermandad.

6. Equilibrar los aspectos interiores con los exteriores de la Hermandad, pues se dan casos, y no pocos, en que todo lo aparente es muy bello, pero en el fondo está vacío. Hay Cofradías con un gran escaparate de imágenes, tronos e insignias, pero su corazón está vacío de verdadero amor a causa de divisiones, recelos y rencores.

7. Entrar en comunión con las demás asociaciones e instituciones de la Parroquia y de la Diócesis, pues de otro modo las Hennandades quedan aisladas del proceso de crecimiento comunitario, convirtiéndose en una especie de rincón de las tradiciones populares.

8. Cumplir con fidelidad los estatutos, en cuanto a sus cargos, funciones y tareas, sabiendo que las leyes marcan los minimos imprescindibles y el Evangelio los máximos hacia los que se ha de tender: hemos de trabajar desde las nonmas hacia el espiritu con ilusionado tesón.

9. Hacer que la Cofradía sea un ámbito de participación creativa y comunitaria, sin protagonismos individualistas, para la búsqueda de objetivos comunes que ilusionen a todos, no sólo en el esplendor externo del "escaparate" sino, sobre todo, en la fecunda organización de la "trastienda", que no se ve pero que es mucho más importante.

10. Poner tanto amor, tanta reciedumbre y tanto tesón que las dificultades no puedan ocultar la luz del amor a Cristo y a María, en el servicio al prójimo más necesitado y en los lazos de la amistad cofrade. Si el orgullo impide la amistad y los gastos suntuarios la solidaridad, entonces no hay Hermandad posible por mucho que así se las llame o tengan siglos de antigüedad.

Raúl Berzosa Martínez

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